Evolución de los porteros.

La evolución del portero de fútbol

Héroes, villanos e incluso loco son alguno de los adjetivos con los que califican a los porteros, que con los años ha evolucionado considerablemente su rol y su forma de juego en el deporte más popular del mundo.

Sea el deporte que sea, el rol del guardameta siempre es el mismo: evitar a toda costa que el equipo rival convierta un gol en la portería que se le asignó proteger.

Para ser un buen arquero es indispensable tener reflejos casi felinos, ser muy ágil y rápido. Además hay que tener sangre fría pues generalmente el portero puede llegar a ser el héroe o el villano dependiendo el desenlace de un compromiso.

Sin duda que los arqueros con más exposición mediática son los de fútbol debido a la popularidad a nivel mundial de la disciplina. Uno de los que ha alcanzado la categoría de Rockstar es Gianluigi Buffon, mítico portero de la selección italiana y de la Juventus, quien con 974 minutos sin recibir goles rompió el récord de imbatibilidad de Serie A y superó a Sebastiano Rossi.

Tras lograr la impresionante hazaña, Gigi publicó en las redes sociales una carta en la que declara su amor a la portería. “Justo el día en que dejé de mirarte de frente, empecé a amarte. Me prometí que haría todo lo posible para no abandonar tu resguardo, o para hacerlo lo menos posible. Pero cada ocasión fue dolorosa, tener que darme vuelta para entender que te había desilusionado”, palabras que demuestran claramente la estrecha y distinta relación de los guardametas con el arco: a diferencia del resto de los jugadores, su principal objetivo es que la pelota no entre al arco. Lo opuesto a marcar un gol.

La excentricidad de jugar con las manos

Aunque la Fédération International de Football Association (FIFA) no hace una definición especial para el portero y en el glosario lo incluye en la categoría de jugador junto a los de campo, sí hace algunas diferenciaciones dentro del reglamento.

En la edición 2016–2017 de las Reglas del Juego destaca que “dentro de su propia área de penalti, el guardameta no será culpable de infracciones por mano sancionables con tiro libre directo ni de ninguna sanción relacionada, pero sí podrá ser culpable de infracciones por mano sancionables con tiro libre indirecto”, esta última puede ser aplicable, por ejemplo, si tras un pase de un jugador de su mismo equipo recibe el balón con las manos.

En el documento que hace relación al equipamiento de los jugadores dentro del terreno de juego, la FIFA puntualiza que el arquero es el único que puede usar pantalones largos y gorro durante el desarrollo de un partido.

Pero esta no son las únicas diferencias que tiene con el resto de sus compañeros de juego. El ente rector del fútbol mundial enfatiza que “los colores del equipamiento de juego que vista el guardameta deberán contrastar claramente con los colores del equipamiento de juego de los jugadores de campo de su propio equipo, del equipo adversario, del guardameta del equipo adversario y de los oficiales de partido”.

Los primeros guantes de portero

La historia del fútbol tal y como lo conocemos, se remonta a 1863 con la fundación de la Football Association en Inglaterra, que hasta el día de hoy rige el balompié británico.

En ese entonces, los arqueros no jugaban con los característicos guantes que utilizan en la actualidad. Atajaban a manos descubiertas los fuertes lanzamientos de sus oponentes, quienes pateaban duros balones de cuero cocidos a mano..

Aunque no hay claridad del creador de esta revolucionaria indumentaria ni del primer partido en el que se haya jugado con guantes, la foto más antigua de un portero usándolos es de una del mítico jugador español Ricardo Zamora, el primer guardameta en convertirse en una estrella de fútbol y quien usaba los guantes principalmente para protegerse del frío.

Tal fue su legado en el el desarrollo de esta disciplina, que actualmente en La Liga, el premio que se le otorga al mejor arquero de la temporada lleva su nombre.